Señores autoridades civiles, militares, de policía y organismos de investigación, inteligencia, vigilancia y control, del nivel nacional, local y departamental en la jurisdicción del departamento del Choco, su capital Quibdo y demás ciudades y municipios del departamento.
Hasta cuando tiene qué soportar la población y sus ciudadanos, la extorsion y violencia criminal, por parte de la delincuencia común y organizada, que constriñe a la ciudadanía a pagar elevadas sumas de dinero a título de extorsion, so pena de sufrir atentados contra su vida, integridad personal de ellos y sus familias, o en el mejor d esos casos, afectación a sus bienes y patrimonio, construidos a base de años de trabajo honesto y denodado?
La situación se agrava día tras día y la desazón se apodera de una ciudadanía inerme, que se siente abandonada por un estado al que tributa y cumple con sus obligaciones, pero al cual el estado se sustrae de garantizar sus más mínimos derechos, como lo son la vida y la tranquilidad, que en otros tiempos, era uno de los principales atractivos de esta tierra?
En un principio fueron objetivo de tan reprochable modalidad criminal, los grandes comercios, empresarios y los autodenominados “embilletados”, luego, los medianos y pequeños comerciantes, empleados públicos y docentes, hasta llegar a cualquiera que devengue un salario por cualquier labor que realice.
Ya se escuchan voces de ciudadanos que están decididos a tomar justicia por mano propia, desde la convicción de que la institucionalidad no les garantiza ya por acción u omisión, sus derechos mínimos fundamentales y eso ya es el acabose, teniendo en cuenta el resultado histórico de este tipo de fenómenos, que generalmente se desbordan y termina siendo peor el remedio que la enfermedad.
El tema ha llegado a tal nivel, que donde hay una pila de arena o material de construcción, adquirida para la realización de alguna mejora oocativa en las viviendas de cualquier ciudadano, inmediatamente le llega el panfleto o escrito extorsivo, fijando alguna suma astronómica a pagarle a algún actor armado, so pena de sufrir atentado en contra de las vidas o bienes del extorsionado y su familia.
Cada vez se torna más desesperante y agobiante la situación, agravado por un panorama más desalentador, cuando se corre la noticia, de que son infinitos los casos, que se multiplican al pasar de los minutos, horas, días y meses, cuando se evidencia que familiares, amigos y conocidos, han caído también como victimas de la modalidad, que se generaliza y suma miles de millones de pesos, producto de la actividad ilícita.
La pregunta legítima de una ciudadana sometida por la violencia, los violentos y la criminalidad, es: Finde está el estado?
Ayúdenme a multiplicar este mensaje, para que sea escuchado por el mundo, a ver si resulta algún doliente, para esta golpeada región, donde al histórico abandono estatal, los acentuados fenómenos de corrupcion y la pobreza extrema, reflejada en los peores índices de desarrollo, propios de republicas del inframundo, se suma ahora la pesadilla de estar sometidos como sociedad, al arbitrio de los violentos, que le quieren expropiar al ciudadano del común, hasta el recurso que producen desde su trabajo honesto, y con el cual deben satisfacer las necesidades más elementales y básicas de sus familias.
Por esa razón, y con el último aliento de mi voz, envío al mundo este: S. O. S. Por el Chocó.