ALEGRÍA POR DOQUIER
Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Este humilde servidor no
conoce de antecedentes relacionados con alegrías colectivas producto de los
resultados de un proceso electoral, como ha acontecido con la elección a la
presidencia de la República de Gustavo Petro y su fórmula vicepresidencial
Francia Márquez; las muestras de complacencia se han visto por toda Colombia y
en todos los estratos sociales. Este proceso electoral y su resultado, le han
sacado lágrimas de alegría a negros e indígenas, y a muchas otras personas, quienes
de alguna forma se sienten representados en las personas que alcanzaron la
presidencia.
Es muy agradable ver a nuestra
gente gozar y llorar de alegría, cuando lo común ha sido derramar lágrimas
generadas por la violencia en todo el territorio nacional; y las razones para
lagrimear han sido muchas: el desplazamiento forzado, las desapariciones, las
violaciones a los Derechos Humanos por carencia de lo más básico, las muertes
de líderes sociales, en fin, la lista es larga y múltiples las razones que han
hecho llorar a los colombianos. Por eso es tan importante ver al pueblo raso
disfrutar de un triunfo histórico por sus connotaciones, porque no es común
verlos tan alegres, y eso, esa alegría, me ha animado a escribir esta columna.
Decidí buscar un significado a
esta palabra, a la alegría, y me he encontrado con estas definiciones:
“Sentimiento de placer producido normalmente por un suceso favorable que suele
manifestarse con un buen estado de ánimo, la satisfacción y la tendencia a la
risa o la sonrisa, "motivo de alegría". Pues bien, ese sentimiento de
placer, ese buen estado de ánimo lo ha generado lo considerado por muchos como
“un suceso favorable” traducido en la elección del binomio ganador en el pasado
proceso electoral. “Cosa o persona que causa este sentimiento” es otra
definición de la alegría y al respecto queda claro, qué cosa y quiénes han
causado esta alegría, la cual deberá ser correspondida por los mencionados
arriba, de tal manera que ese estado de ánimo se mantenga y que las personas
alborozadas por los resultados electorales no se entristezcan luego por la
inacción de los elegidos, pues en el caso del Chocó hay múltiples razones para
que se destaquen y hagan que se prolongue en el tiempo las razones para estar
alegres.