Dos mil millones de pesos de
dos contratos de infraestructura, más cerca de $20 mil millones en proyectos
con los dineros de los Ocad-Paz, aún en trámite, eran la moneda de cambio del condenado
parapolítico Édgar Torres Murillo para impulsar la carrera política de su hijo.
El 2 de marzo de 2022, a una
semana de las elecciones parlamentarias, él cree que, por su trabajo en los
tiempos de Justicia y Paz, en los que tuvo contacto con algunos jefes de las autodefensas
que se desmovilizaron en 2005, recibió mensajes del abogado y excongresista Édgar
Eulises Torres Murillo, condenado a ocho años de prisión en 2011 por nexos con
el paramilitarismo:
"Buenas tardes doctor
Antonio, un saludo cordial. Después del proceso judicial tuve la oportunidad de
hablar con el señor Freddy R. en dos oportunidades, en ambas me manifestó que contara
con él si fuera necesario. Le hice referencia a la aspiración de mi hijo Edwar,
me manifestó que por qué no lo había buscado, que él me hubiera podido ayudar.
En esta ocasión mi hijo Edwar Torres, aspira a la Cámara de Representantes por
el Chocó, con mucha opción de ganar. Necesito el apoyo que en dicho momento me
ofreció (.)
La ayuda es en carácter de
préstamos, tengo varios proyectos en municipios PDTE para aprobación que los
puedo ceder a cambio del préstamo. Su apoyo es determinante para ganar, solo
necesito esa ayuda".
Sorprendido por los mensajes
que recibía por Whatsapp, Antonio García decidió seguirle la cuerda para
entender cómo era "el negocio "con los recursos de la paz. "Yo
tengo varios proyectos de pavimentación de vías, con viabilidad, tengo dos
contratos ya listos en ejecución, por dos mil millones de pesos, y tengo listo
para aprobación $20 mil millones en proyectos productivos, a través de
municipios PDET. Esos proyectos los puedo negociar para que la persona que me colabore
pueda ejecutarlos. De esa manera usted hace una obra de caridad, porque yo sé
que con el apoyo suyo o de la persona que usted me diga ganamos la Cámara de
Representantes (...) Son
recursos de Ocad-Paz, de los
recursos de los municipios PDET que fueron priorizados por el Acuerdo de Paz.
Son recursos de la Dirección de Gestión del Riesgo y Desastres. Ya hay resolución
de aprobación y está pendiente solamente para los giros y el proceso
licitatorio.
Hay un proyecto de
pavimentación de cinco kilómetros en el Medio Baudó que estaba El excongresista
condenado le insistió a su interlocutor que lo recibiera para darle más información,
pero Antonio García, hermano mayor del comandante paramilitar y exmilitar del
Ejército Carlos Mauricio García, conocido en la guerra como Doble Cero, pero
ajeno a sus vueltas, se negó al encuentro. Aun así, Torres le envió contratos
celebrados y una tabla con detalles de tres proyectos PDET, como respaldo de
sus afirmaciones. Después recalcó la necesidad de su ayuda para "poder
negociar (...) los proyectos y contratos que están a nombre de Andrés Torres,
mi hijo, como representante legal de la empresa.
Tengo el firme convencimiento de que si usted me ayuda a conseguir un inversionista ganamos las elecciones en el Chocó".
Antonio García contestó: "Señor, en el
momento he revisado la información que me envió y me sorprende que esté
ofreciendo esos contratos fruto del proceso de paz como garantía de préstamos.
Eso es corrupción. Usted como
que no aprendió la lección. Por favor, no me vuelva a buscar para esos temas.
No se robe los recursos de las comunidades más desprotegidas de Colombia. ¿No
le da vergüenza?".
La conversación terminó ahí.
El 15 de marzo de 2022, los resultados a la Cámara de Representantes por la
circunscripción de Chocó dieron como ganadora nuevamente a Astrid Sánchez
Montes de Oca.
En cambio, Tito Torres, como se conoce en
Chocó a Edwar Torres, uno de los tres hijos de Edgar Torres, fue derrotado en
las urnas por tercera vez consecutiva. Alcanzó el 2 % de la votación, con apenas
2.949 votos. Al contrario de su padre Édgar Eulises Torres Murillo, que fue
representante a la Cámara desde 1990 hasta 2009; Edwar no convenció al electorado.
La diferencia puede ser lo que se lee en la condena a ocho años de prisión, dictada
por la Corte Suprema de Justicia contra el controvertido excongresista
chocoano.
Según el exjefe paramilitar
Freddy Rendón Herrera, el Alemán, Edgar Torres recibió apoyo económico y
logístico de la organización armada desde 1998 hasta su desmovilización en
Unguía (Chocó) el 16 de agosto de 2006. En la misma sentencia de la Corte
Suprema de Justicia fue condenado también el exrepresentante a la Cámara Odín
Sánchez Montes de Oca, familiar de la actual representante Astrid Sánchez
Montes de Oca.
La prueba reina fueron las
declaraciones que precisamente aportó Freddy Rendón, quien llegó a ser
comandante del bloque Elmer Cárdenas de las Autodefensas Unidas de Colombia
(Auc), y abocado a cumplir compromisos con la verdad ante la jurisdicción de
Justicia y Paz, creada para el sometimiento del paramilitarismo, detalló la
alianza con Torres Murillo y Sánchez Montes de Oca.
Rendón dijo, por ejemplo, que
en desarrollo del Proyecto Político del Darién se acordó que el candidato de
las autodefensas para el período 2002-2006 sería Robert Mendoza Ballesteros (condenado
por sus nexos con paramilitares) y después de un periplo con varios políticos
por el departamento se decidió su inclusión en el tercer renglón de la lista a
la Cámara de Torres Murillo. Un aliado de la organización al margen de la ley,
cuyo imperio empezó a languidecer luego de la condena de la Corte, en 2011, y
más adelante cuando la Procuraduría confirmó su destitución e inhabilidad de 20
años para ejercer cargos públicos, en 2018. Fue entonces cuando la carrera
política de su hijo, Edwar Torres, empezó a abrirse camino, sin mucho esplendor,
en el ocaso de la de su padre.
El Espectador indagó en el
Departamento Nacional de Planeación (DNP) el estado de los tres proyectos con
los recursos de los Ocad- Paz, prometidos por el excongresista Édgar Torres, y
encontró que dos de ellos siguen en etapa de "formulación". Es decir,
apenas fueron estructurados y presentados, falta su aprobación en las sesiones
del DNP, entidad que preside el órgano Colegiado de Administración y Decisión
(0cad).
El primero se trata de un
proyecto productivo piscícola y avícola "para el mejoramiento de los ingresos
de los habitantes de las comunidades indígenas Unión Wounaan Macedonia y la Comunidad
Afro de Dipurdú del municipio Medio San Juan", en Chocó, por un poco más de
$12 mil millones. El otro es un proyecto de cacao para las comunidades de la
zona rural de Nóvita, por casi $9 mil millones. El tercer proyecto va más
avanzado. Fue catalogado como "viable" y suma un poco más de $19 mil millones
para la pavimentación de la vía que conduce del pueblo de Nóvita al
corregimiento de Torra, de ese municipio.
Con relación a los contratos, se
constató que los documentos contractuales que Torres envió suman cerca de $2
mil millones. El primero se celebró el 9 de diciembre de 2021, entre el alcalde
de Nóvita (Chocó), León Fabio Hurtado Mosquera, y Andrés David Torres Mosquera,
uno de los
familiares de Édgar Torres,
representante legal de Ecoserving S.A.S., por $999.450.769. Se trató de una
licitación pública cuyo objeto era el "mantenimiento y mejoramiento de
vías rurales del programa Colombia Rural en Nóvita". El segundo se firmó
el 28 de enero de 2022, entre el alcalde de Medio Atrato (Chocó), Wilfrido
Córdoba Moya, y también Andrés David Torres Mosquera, pero esta vez como representante
legal de la Unión Temporal llamada Arqcco Soluciones IntegralesS.A.S., cuyo
representante legal y único accionista es Andrés David Torres Mosquera, desde
el 8 de julio de 2020, según registro mercantil.
El objeto del contrato de licitación pública
era la construcción de 455 metros de placa huella y cuatro alcantarillas para
"mejorar la vía Beté", en el municipio de Medio Atrato (Chocó), por $999.658.972.
Este diario buscó al excongresista Torres para conocer su versión de estos
hechos, pero al cierre de esta edición no obtuvo respuesta.
Ambos son contratos legales y
no existen los delitos de sangre, pero en sí mismos prueban Cómo se mueven los
recursos públicos entre las casas políticas del departamento, así en el pasado
sus promotores se hayan visto manchados por evidencias judiciales. Conalgunas
causas ya abiertas en otros frentes investigativos, sigue creciendo la espuma
del escándalo por corrupción en el uso de los dineros del Acuerdo de Paz.
En pocos días el Congreso realizará un debate
de control político al que está citado el exalto consejero para la Estabilización
y Consolidación Emilio Archila; el exdirector del DNP, Luis Alberto Rodríguez;
y otros empleados públicos y exfuncionarios. El tema central es develar los
entramados de la corrupción que se están quedando con los recursos de la paz
que deberían asistir a las zonas más golpeadas por el conflicto armado, como
Chocó, donde además de la pobreza, el atraso y la desigualdad se suma la avidez
de la corrupción.
Hace cuatro meses, en marzo de
2022, fue detenido el gobernador Ariel Palacios Calderón por irregularidades en
la celebración de millonarios contratos durante la pandemia. Y hace menos de
dos meses se conoció una conversación entre el imputado senador Mario Castaño y
el condenado exsenador Juan Carlos Martínez, donde se jactan de apropiarse de dineros
de la prórroga de un contrato de licores en el Chocó que, según sus cálculos,
les dejaría utilidades anuales por $15.000 millones, durante 15 años.
Los audios y chats en poder de Antonio García, conocidos por El Espectador, además del tono desesperado pero temerario del excongresista Édgar Torres para promocionar la candidatura de su hijo, prometiendo recursos públicos, demuestran también que hay patrones políticos que subsisten y que siguen haciendo de las suyas en territorios golpeados por la violencia, la inasistencia estatal y los tentáculos de la corrupción.
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