Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Cuando se escucha la palabra RAP, cualquier persona, especialmente si es joven, inmediatamente piensa en un ritmo musical, en eso tan de moda que es el rapeo, una forma de sentar postura en lo social, cultural, en educación, seguridad, historia, discriminación, adobado con un golpe musical pegajoso y de mucha actualidad; en su construcción, este género musical incorpora “rima, habla rítmica y jerga apoteósica”, tal como se puede leer en una enciclopedia muy popular. Sin embargo, y sin el ánimo de desanimar a los practicantes de esta forma de expresión, este escrito no se refiere a lo comentado, sino a lo por comentar.
La RAP de este artículo se refiere a la Región Administrativa de Planeación, una figura jurídica que permite la interacción entre, al menos dos regiones, para acometer ejercicios de administración conjunta para atacar y solucionar problemas y necesidades conjuntas; así lo han entendido los departamentos de Chocó y Antioquia, quienes la semana pasada firmaron la primera RAP de los dos mares, así denominada por ellos. Con esta alianza se pretende dar soluciones a problemas de conectividad, obra pública, salud y educación de las dos regiones y una obra que suena muy bien, la cual, de llevarse a cabo, dejaría a Medellín más cerca que nunca de Quibdó: un túnel entre las poblaciones de Ciudad Bolívar y el Carmen de Atrato.
Pero, como está consignado arriba, esa alianza estratégica comprende otras posibilidades, como intervenir la navegabilidad por el Río Atrato, la ampliación del aeropuerto de Vigía del Fuerte, atender problemas en materia de salud, educación y otro aspecto de suma importancia, relacionado con el acceso por tierra al pacífico, lo cual impulsaría, piensa uno, el puerto de Tribugá. Son aspectos que nos llevan a pensar en positivo respecto al futuro que le espera a esta alianza, de la cual solo conocemos lo publicado por los medios de comunicación; no conozco ninguna publicación del gobierno departamental sobre el particular, lo cual no quiere decir que no hayan publicado algo. Lo cierto es que el éxito de esa Rap depende en grado sumo del impulso que habrán de imprimirle los respectivos gobiernos, en cabeza de los gobernadores.