Por Yesid Francisco Perea Mosquera
El título de este escrito no es invento mío, es una expresión muy utilizada desde hace mucho tiempo, diría que desde siempre, pero su añejo uso no la hace perder vigencia, como tampoco las circunstancias que a diario vivimos. Esta vez acudo a esta expresión para referirme a las dificultades por las cuales deben atravesar muchos alumnos de la UTCH para llegar a recibir las clases; y no me refiero a las generadas por las distancias entre el lugar de residencia de muchos y la universidad, no, esta vez aludo a la recordada frase para referirme a los apuros de algunos estudiantes, de muchas personas, con movilidad reducida, pero que, a pesar de ello, están llegando a educarse, a recibir preparación para la vida.
Hay dificultades para la movilidad de todos los órdenes, pero he visto a dos personas especiales en la universidad, que han atraído mi atención de forma particular, como también han despertado mi admiración y respeto por su resiliencia y vocación de superación; con ninguna de estas personas he tenido la oportunidad de intercambiar palabras, porque, ciertamente, no los he tenido cerca. Ambos son muy jóvenes y a uno de ellos lo veo moverse ayudado por unas muletas, pero claramente se ve la dificultad para mover las piernas y dar un lentísimo paso; al otro no le he visto ayuda alguna y pese a moverse con agilidad, creo que entre todos podemos contribuir para facilitarle su desplazamiento. En este punto, una docente de lujo de nuestra universidad me decía, sabiamente, que debiera consultársele al joven de qué manera se le puede ayudar, es decir, qué es lo que más necesita y así evitar conseguir algo con lo que él no se sienta bien o que no sea lo deseado por el muchacho.
Entiendo que de Bienestar Universitario salió un documento con destino a los señores Decanos, a efectos de que envíen el listado de quienes tienen alguna dificultad física para su movilidad y así acometer acciones para brindarles apoyo institucional por parte de esa dependencia; es de suma importancia generar las acciones que sean necesarias para facilitarle la movilidad a nuestros alumnos y a tantas personas que necesitan de gestiones como estas. Cuando se quiere se puede, pero facilitemos las condiciones para que ese poder sea más llevadero.