Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Soñar nunca hizo daño; nos lo trajo a la memoria la señora Vicepresidenta FRANCIA MÁRQUEZ cuando, en una intervención realizada en un acto público, luego de unas reuniones sostenidas en Quibdó, contaba que, mientras volaba con rumbo a esta ciudad, soñaba viendo un aeropuerto internacional en la capital chocoana, generando paz y progreso a propósito de nuestras riquezas medioambientales, la cual sería el punto de partida para lograr la implementación y explotación del turismo. Sobre esto último, en fecha reciente escribí un artículo con el cual destacaba la necesidad de generar las condiciones para hacer del turismo, la gran apuesta para el desarrollo de nuestro departamento; soñaba, en ese documento, viendo grandes catamaranes fondeados al frente de Quibdó y con ellos, muchas personas arribando a la capital chocoana, con lo cual los hoteleros, finqueros, dueños de casas campestres, corregimientos y veredas se constituirían en receptores de muchos recursos de variada significación (económicos, culturales, de servicios, etc.), generando una dinámica bien diferente a la que hoy se maneja.
Procurar la ocupación de la gente, de nuestros muchachos, contribuiría al afianzamiento de la paz, tan necesitada en nuestro país y en nuestra comarca; las cifras del desempeño laboral en Quibdó son muy precarias y entonces los desempleados buscan la forma de mantener a su familia, la cual-normalmente- es bien numerosa. Por eso resulta de suma importancia ocupar a nuestra gente y una gran oportunidad para eso es precisamente la explotación turística; supónganse que se nos dé la posibilidad de capacitar a tantos jóvenes desempleados como guías turísticos, que se les pague bien y cumplidamente, porque el turismo dará los recursos necesarios para una cabal remuneración, con esa opción, repito, sacaríamos a muchos muchachos del estado en el cual hoy se encuentran, sacando de ellos una faceta totalmente distinta de aquella que hoy muestran y de esta manera aportaríamos a la tranquilidad, atacando el fenómeno del desempleo.
Ahora, si a ello le sumamos el propósito común, de todos (déjenme soñar por favor) de darle un vuelco a lo que nos ha mantenido en el estado en el cual nos encontramos como región, golpeando la corrupción, generando un consenso para escoger a quien, con todos, habrá de guiar al Chocó y sus principales municipios, aportaríamos, y de qué manera, por la tranquilidad y el progreso del departamento. A ello habría que sumársele los diálogos regionales (de lo que también ya escribí) para buscar la concordia entre todos, tal y como parece lo están intentando en otras regiones del país; todo lo anterior se constituiría en herramientas para la paz, a lo cual habría que sumarle el compromiso del actual gobierno nacional. Soñemos en grande.
