ABOMINABLE ATENCIÓN LA DE DIRECTV

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Por Yesid Francisco Perea Mosquera


Creo tener más de 10 años como suscriptor de Directv, lo cual me lleva a hablarles con conocimiento de causa respecto del manejo cruel y degradante que le ofrecen a sus usuarios, cuando de alguna reclamación se trata; es una situación muy molesta que lleva al usuario, incluso a una actitud como de masoquista, pues su posición dominante casi que obliga a permanecer con ellos en regiones como la nuestra.


Por necesidad y si se quiere, por fidelidad, debí buscar una nueva suscripción, esta vez en la ciudad de Medellín, con esta empresa; consigné el valor exigido como requisito previo para adelantar el proceso de suscripción de televisión, y a partir de ese momento comenzó el calvario. Dijeron que en 2 días hábiles realizaban la instalación y pasaron 10, sin que ello ocurriera; debí llamar en varias ocasiones para decirles que se había vencido el plazo dado por ellos para la instalación y comienza allí “el paseo de las llamadas”, pues de una extensión-luego de varios minutos-me trasladan a otra sección, con el argumento que es en ésta donde se resuelve el inconveniente, y después de otros minutos dicen que no son ellos sino otra área la encargada de dar solución a la situación y el usuario allí, escuchando babosadas. En mi caso, me aguanté cuatro derivaciones distintas y no aguanté más, se me salió un hijueputaso que no tenía en mente, no solo por mi formación, sino, además, porque lo buscado era la solución a una dificultad generada por ellos. Como entenderán, no volví a llamar y debimos pagar una nueva suscripción, perdiéndoseme el valor sufragado por aquella con la cual inicié este escrito.


Acudí a la Superintendencia del ramo, quien, al día siguiente, me envía una larga comunicación con argumentos jurídicos y demás, concluyendo que primero debo dirigirme a DIRECTV reclamándoles y luego, en atención a esa respuesta, acudir a la SIC, la encargada de asumir lo que en derecho le corresponde; claramente estoy perdiendo lo consignado porque no volveré a acudir a las líneas telefónicas de esa empresa, pues nuevamente me aplicarían el paseo telefónico y terminarían estropeando mi espíritu y eso no es lo buscado. Alguien, alguna entidad, debería ponerlos en cintura; abusan de su posición dominante.

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