Por Yesid Francisco Perea Mosquera
Hace ya bastante tiempo (dos años cuatro meses para ser exactos) me permití escribir una columna titulada “ Cómo se hace” refiriéndome a la dura situación para quienes laboran al servicio del Hospital San Francisco de Asís, en razón a la falta de pago de sus salarios y demás emolumentos; hoy, después de cerca de tres años, la situación sigue siendo, básicamente la misma, pues creo que desde el mes de octubre no les cancelan sueldos, ni prestaciones sociales, obligando a médicos, enfermeras, auxiliares, contratistas, etc., a pasar diciembre sin dinero alguno para suplir las necesidades de sus hogares.
La Superintendencia del ramo ha intervenido en varias ocasiones a este hospital, el único de segundo nivel en el Chocó, pero las tales “soluciones” traídas por esa entidad han resultado peor que el manejo dado por alguno de nuestros profesionales, sin querer decir con esto que se dejaran de cometer errores en sus administraciones, por cuanto, producto del mal manejo dado por algunos de los nuestros, la Superintendencia decidió la mencionada intervención. Por tantas carencias en la prestación del servicio, y que quede claro, no por culpa del personal médico ni de las enfermeras, sino por la falta de insumos para una eficiente prestación del servicio y de las condiciones en general, el señor José Cuesta Conto ha denunciado de todas las formas, la caótica situación que hoy padece el San Francisco de Asís; lo último que dijo el señor, es que el Hospital está en la morgue, como una manera de dar a entender la tremenda crisis que padecen.
Brillan por su ausencia los insumos necesarios para la prestación de un servicio acorde con las exigencias en salud; no hay medicamentos para ser utilizados en el proceso de la recuperación de pacientes que solo llegan al Hospital con el problema médico, sin recursos. Faltan equipos biotecnológicos, por ejemplo, un tomógrafo, tan importante en estos temas de atención para la precisión de imágenes por secciones, según he podido saber; de igual manera no hay reactivos para realizar los laboratorios, y aun así, hay quienes fustigan a esos profesionales de la salud quienes sobre viven en esa importante institución, sin pagos de sus sueldos, ni de sus prestaciones, sin tener con qué trabajar, con todo el sacrificio y recibiendo malos tratos de los pacientes y sus acompañantes, ellos también desesperados por la ausencia de lo más mínimo para recibir atención, y quien sabe si también de los directivos. Todo lo anterior y mucho más, pero el espacio me limita, me obligan a tocar las puertas de la gobernadora, quien ha dado muestras de ser buena para gestionar, a efectos de que vuelque su atención hacia la salud del Hospital, pues es muy posible- dada la inseguridad y los rezagos pandémicos- que más temprano que tarde nos veamos en una camilla de esa grandiosa entidad o tal vez, un familiar nuestro.