JOSÉ MARÍA DAZA SÁNCHEZ
He estado vinculado a la política regional desde 2007, dado que esa actividad me apasiona, pero no para ser postulante a algún cargo de elección popular, más sí para apoyar esas actividades pensando en que se pueden cambiar algunas características de los electores y así mejorar con candidatos y propuestas la vida de las comunidades.
En el Chocó, esas características no se han dado, a pesar de los esfuerzos de muchas personas que nos cansamos de proponer y apoyar a supuestos salvadores con piel de oveja, que terminan siendo la mayor frustración en la comunidad.
Cada elección ha dado los resultados más frustrantes. Se rompió un esquema y una hegemonía y se avanzó con la Ruta Q. Vaya que cambio. La “lideresa” con la que trabajamos y que llegó al edificio de la carrera segunda de Quibdó, terminó en la cárcel, procesada por peculado y suscripción de contratos sin los requisitos legales. Hoy, con el proceso engavetado, buscando la prescripción, salta de grupo en grupo pontificando de política. Y ni hablar del que la secundó. Una frustración mayor, porque ni terminó su período siendo detenido y encarcelado, no sin antes “poner” su ficha para que lo sucediera, que será en el marco de la historia la peor frustración en materia de alcaldes en esta violentada y maltratada ciudad.
Ah, pero no nos desviemos, porque el segundo alcalde de la “Ruta Q” asumió la imposición de este último personaje sin consultar a los que le acompañamos habiéndolos desconocido durante su mandato. Y este mismo personaje hoy es disque el gerente de una campaña “de morado” cuya candidata ni leer sabe. Una supuesta política sufriendo de “pánico escénico” (risas).
Esa campaña parece más bien la cárcel Anayancy. Está llena de procesados penales, porque también hay hasta un exgobernador en las mismas circunstancias y con el expediente engavetado.
Están creyendo que a punta de plata y sin una neurona apta para administrar, van a llegar a terminar lo poquito que deja el alcalde experto en tocar platillos. Dios, bajá y ve!
Como ya lo escribí en otro artículo, si quisieran ayudar de verdad al Chocó, las autoridades judiciales deberían desengavetar todos esos procesos en contra de los susodichos y aplicar las leyes como debe ser. Eso sí, que abran más cupos en las cárceles, ojalá reactivaran la del Araracuara, para no dañar la Gorgona.
De otra parte, creo que la juventud está aprendiendo bastante de la interpretación política en el Chocó. Que van a recibir la plata que le ofrecen para votar, porque es una oportunidad, pero van a elegir mejor.
Ya salí de la parte laboral, ahora la pasión de la política y del periodismo serán mi fin, por lo que termino parodiando la estrofa final de la canción que interpretan los Hermano Zuleta, que lleva por título: Mi Hermano y Yo.
“Y nos acabamos
Cuando a mí me corten la lengua
Y a mi hermano le corten los de'os”