En un artículo publicado por Cambio se detallan los avances del proyecto del gobierno de Gustavo Petro para la construcción de un tren que conectaría Turbo y Cupica, en la región del Darién.
El proyecto, que ha sido una idea latente desde la
administración de Ernesto Samper, busca crear una ruta ferroviaria que permita
el transporte de carga entre ambos océanos como alternativa al Canal de Panamá.
Según información proporcionada por la Unidad de Planeación de Infraestructura
de Transporte (Upit), el plan se encuentra actualmente en fase de
prefactibilidad.
De acuerdo con los datos disponibles, el proyecto contempla
la construcción de una línea férrea de 198 kilómetros, con 11 kilómetros de
túneles y 132 kilómetros de viaducto. Se estima que la operación del tren
requeriría un ritmo de 16 trenes por día. Sin embargo, la ejecución de esta
obra demandaría una inversión considerable, superando los $25 billones de
pesos, así como la construcción de locomotoras y un puerto en Cupica, con
inversiones adicionales de $359 millones de dólares y $341 millones, respectivamente.
Aunque se proyecta que el tren podría estar operando para el
año 2050, aún debe pasar por la fase de factibilidad, que definirá los diseños
finales de la infraestructura. Además, el proyecto contempla el desarrollo de
dos puertos especializados, uno en Cupica y otro en el Golfo de Urabá (Puerto
Antioquia), este último con avances significativos y proyectado para iniciar
operaciones en 2025.
El Gobierno de Gustavo Petro ve en este proyecto una
oportunidad para impulsar la economía del departamento de Chocó y el Golfo de
Urabá, así como para ofrecer una alternativa al Canal de Panamá, cuya capacidad
se ha visto afectada por la crisis climática. El ministro de Transporte,
William Camargo, destacó la importancia de esta conexión de carga durante una
visita oficial a China, donde el gobierno chino mostró interés en la iniciativa
colombiana.
Sin embargo, el proyecto enfrenta desafíos significativos en
materia ambiental y social, especialmente en una región como el Darién, con un
ecosistema delicado y una alta migración transfronteriza.