CONVIENE USAR CELULAR EN CLASES..?

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Por Yesid Francisco Perea Mosquera


Serían las 13 horas y diez minutos aproximadamente, cuando hago presencia en un salón de clases de la Universidad Tecnológica del Chocó; ciertamente, la clase había sido organizada en un horario inadecuado para alumnos y docente; el calor era abrumador como consecuencia de un sol canicular, cuya sensación hacía sentirlo encima, así se estuviera en la sombra. Ingreso al salón asignado para dictar clases, mismo sin un ventilador que nos rociara así fuera aire caliente; consciente de las incomodidades y del horario poco apropiado para mi gusto, saludo a mis nuevos alumnos y les invito a disponer toda su atención y colaboración para avanzar con las clases asignadas, haciendo especial énfasis en la necesidad de dejar de lado los celulares para evitar las distracciones, lo que parece haber sido mal entendido porque mientras pretendía avanzar con el curso, no dejaban de sonar distintas formas de timbre, lo que copaba la atención de la mayoría de los alumnos, con las pocas excepciones de siempre. Con mi paciencia a prueba les insisto en la colaboración y el respeto, precisándoles que no dependía de una cátedra para vivir, así que “les solicito su colaboración para poder avanzar con esto”, doy el frente al tablero y escucho un fuerte eructo de uno de los alumnos, quien lo hizo para terminar de molestarme y a fe que lo logró, pues recogí mi libreta de apuntes y hasta hoy.


Esta anécdota la traigo a colación para hacerles saber que, aún en la universidad, en donde deberían estar personas con un considerable grado de formación y responsabilidad, el tema de los celulares en reuniones y salones de clase se torna ciertamente muy molesto, porque pareciera que el joven, el adolescente, los niños, no pudieran aguantarse unos minuto sin prestar atención al celular, por encima de la recomendación del profesor, del padre de familia, del familiar responsable de sus estudios. Se debe hacer acopio de toda la paciencia para estar al frente de un salón de clases tratando de enseñar lo que corresponde, con las propias dificultades del docente, y tener a unas personas enfrascadas en el chisme del día, o el homicidio ocurrido en tal sector, o la conversación con el novio o la novia, o la simple noticia, y qué decir de los videos de tik tok, de YouTube, instagran,  etc., a alto volumen, sin atender al docente interesado en hacerse entender en un salón inapropiado para enseñar; el tema es realmente complejo y difícil.


Estas líneas de arriba es para invitar a las autoridades respectivas al análisis del caso, y sin desconocer las bondades del celular debidamente utilizado, considerar , analizar el tema de los celulares en clase; es decir, -en el caso de la primaria y la secundaria, especialmente- meditar su prohibición durante el tiempo utilizado para dictar las clases, no solo en consideración para el docente ignorado por parte de los alumnos cuando están concentrados en videos y demás, sino principalmente, en la necesidad de que el alumno se concentre en la educación que se le imparte. Es una simple reflexión.

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